AGRAMONTE Y LOYNAZ, IGNACIO
Abogado, combatió con entereza patriótica los criterios reformistas expresados en la reunión de Minas. Coautor de la Constitución de Guáimaro, jefe militar del Camagüey, promotor intransigente de la unidad revolucionaria, sus capacidades como cuadro militar se manifestaron en el rescate del brigadier Julio Sanguily. Supo siempre crecerse frente a sus opiniones personales, en aras de la patria, lo que demostró aceptando la solicitud de Céspedes de que retomase el mando de su región natal. Desarrolló la mejor caballería de la manigua. Muy querido por sus hombres, murió en combate, en mayo de 1873. Por sus merecimientos, ha recibido el epíteto de El Mayor.