También describimos al calificar porque esta es una actividad lingüística que consiste en atribuir a los seres propiedades, características particulares, cualidades, modos de ser o de actuar según la visión y la apreciación imperantes en la cultura del hablante.

Los recursos más frecuentes para calificar y atribuir cualidades son la definición y la caracterización.
La definición consiste en establecer una relación de equivalencia con miras a precisar un concepto.
La caracterización consiste en describir un ser atribuyéndole una cualidad que le es inherente o que solo posee en determinadas circunstancias. La calificación también es una forma particular de la actividad de nombrar, solo que quien califica asume un punto de vista más subjetivo que quien nombra o denomina.

Las clases de palabras o categorías gramaticales que mejor desempeñan la actividad de calificar en la lengua son los adjetivos calificativos, porque mediante ellos atribuimos diferentes propiedades a los seres: formas, dimensiones, características psicológicas, resultados o características de las acciones realizadas.

Nombrar, localizar-situar y calificar son pues actividades constitutivas del acto de describir que generalmente aparecen interrelacionadas o mezcladas, cumpliendo diferentes funciones, finalidades o propósitos comunicativos como identificar, definir, caracterizar o explicar. Esta es una de las razones por las cuales es muy difícil encontrar textos puros y por los que se entrelazan en un mismo texto aspectos descriptivos con narrativos, explicativos o argumentativos.

Todo lo expuesto hasta aquí puedes observarlo en el siguiente cuadro resumen: