1.3 El adjetivo

El adjetivo

Tradicionalmente el adjetivo se ha asociado con la noción de cualidad. Su etimología proviene de la voz latina adiectivum, que significa adjunto, vecino, arrimado; es, pues, una categoría “vecina”, estrechamente vinculada con la del sustantivo.

Desde el punto de vista semántico el adjetivo es la categoría de palabra que expresa cualidades, propiedades, relaciones y, en general, características del sustantivo. Se emplea abundantemente en las descripciones por ser la categoría que por excelencia viene dada por la lengua para describir.  

Los conceptos adjetivos son siempre dependientes de los conceptos sustantivos, lo que significa que no pueden pensarse cualidades como “hermosa”, “acogedora”, “inteligente” si no hay algo o alguien (una flor, una casa, una mujer… un referente sustantivo) que las posea. Esta relación de dependencia convierte al adjetivo en un elemento subordinado al sustantivo. Tal subordinación se manifiesta en su comportamiento formal y funcional o sintáctico.

Tomado de: www.shutterstock.com

Desde el punto de vista morfológico o formal el adjetivo mantiene puntos de contacto con el sustantivo: ambos son palabras variables, pues admiten morfemas flexivos de género (masculino o femenino) y de número (singular o plural) y morfemas derivativos o afijos (incapaz, mentiroso, prehistórico), lo que los convierte en series abiertas, pues pueden incrementarse con la incorporación de nuevas voces mediante los procedimientos morfológicos de derivación y composición; pero, a diferencia del sustantivo, los morfemas flexivos de género y de número en el adjetivo no le son inherentes o propios, sino son morfemas de concordancia, toda vez que vienen determinados por los del sustantivo con el que concierta. Además, el adjetivo no admite la presencia de determinantes (artículos), aunque sí de morfemas de grados de significación, mediante los cuales atenúan o intensifican el valor significativo de las cualidades por ellos expresadas. Obsérvense los variados matices en el significado del mismo adjetivo en cada uno de estos ejemplos:

     La clase nos resultó interesante.
     La clase de hoy nos resultó más interesante que la de ayer.
     La clase nos resultó interesantísima.

En cada caso, la gradación del significado que se le atribuye a la cualidad interesante ha variado sensiblemente a partir de procedimientos formales. Más adelante se ahondará en este aspecto. 

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Desde el punto de vista funcional o sintáctico el adjetivo es un modificador del sustantivo, al que se subordina y sobre el que incide. Esta incidencia puede ser directa, si ambas clases de palabras –el sustantivo y el adjetivo- forman parte del mismo sintagma, ya sea que el adjetivo preceda al sustantivo o que lo suceda, o indirecta, si la relación entre ellos viene mediada por una forma verbal o si forman parte de sintagmas diferentes.

El

nuevo

adj. antepuesto incidencia

directa

libro está sobre la mesa.

El libro

nuevo

adj. antepuesto incidencia

directa

está sobre la mesa.
El libro que está sobre la mesa es

nuevo

adj. incidencia

directa

En las dos primeras oraciones el sustantivo y el adjetivo que lo modifica comparten el mismo sintagma: el sujeto; pero en la tercera oración se hallan en sintagmas diferentes: nuevo es el núcleo del sintagma verbal predicado de una oración atributiva, mientras libro es el núcleo del sintagma nominal sujeto. En este último caso la incidencia del adjetivo sobre el sustantivo es indirecta. Véase también en estos otros ejemplos:

Las frutas llegaron maduras a su destino.

Los muchachos quedaron satisfechos con los resultados.

De exitosa fue calificada por el público la actuación de los artistas.

A causa de la lluvia trajo sucio el pantalón del uniforme.

   
 Concordancia entre el sustantivo y el adjetivo

Como ya se dijo, en la concordancia se manifiesta la dependencia del adjetivo con respecto al sustantivo. Si vamos a calificar una flor, diremos que es “tierna”, “olorosa”, de igual modo que de los osos diríamos que son “peludos”, “peligrosos”. En el primer caso, los adjetivos aparecen en femenino singular porque el sustantivo flor responde a ese género y a ese número; en el segundo, el masculino plural de osos se transfiere a sus adjetivos. Obsérvese, entonces, que hay adjetivos de dos terminaciones: una para el masculino y otra para el femenino.

Sustantivo

Adjetivo

Concordancia sustantivo-adjetivo

una flor

tierna

género femenino, número singular

los osos

peludos

género masculino, número plural

Hay, sin embargo, otros adjetivos que no reflejan en su estructura formal el género de concordancia: son adjetivos de una sola terminación. Interesante, por ejemplo, puede calificar lo mismo a libro (masculino) que a mujer (femenino). Si el sustantivo no porta en su forma una marca de género, entonces el determinante (artículo el o la; los o las, un o una, etc.) y, en última instancia, el contexto permitirán determinarlo.

Sustantivo

Adjetivo

Concordancia sustantivo-adjetivo

el libro

interesante

masculino, singular

la mujer

interesante

femenino, singular

Al producir textos –orales o escritos- donde figuren adjetivos, han de tenerse en cuenta, además,  los casos especiales de concordancia:

  • Si un adjetivo afecta a más de un sustantivo, todos del mismo género (masculino o femenino) y de número singular, el adjetivo adoptará el género común a los sustantivos y el número plural.

Libro nuevo y cuaderno nuevo = libro y cuaderno nuevos

Carpeta nueva y cartera nueva = carpeta y cartera nuevas

  • Si un adjetivo afecta a más de un sustantivo de diferentes géneros y en número singular, el adjetivo adoptará el género masculino y el número plural. La elección del masculino se explica, según el criterio de las Academias, porque este es en español el género no marcado de la oposición -frente al femenino, que sería el marcado- lo que quiere decir que con el masculino se puede abarcar el conjunto designado por los dos miembros.

Libro nuevo y carpeta nueva = libro y carpeta nuevos

Cartera nueva y cuaderno nuevo = cartera y cuaderno nuevos

                     

Clasificación de los adjetivos

La Nueva gramática reconoce como clases más importantes de adjetivos los calificativos y  los relacionales1.  
Los calificativos expresan cualidades de los sustantivos: árboles frondosos, exuberante vegetación, mirada tierna, descomunal esfuerzo.  
Los relacionales permiten clasificarlos: estrella polar, libro electrónico, teléfono móvil, literatura barroca. Los adjetivos polar, electrónico, móvil y barroca no expresan cualidades de los respectivos sustantivos con los que entran en relación, sino propiedades de ellos. La estrella clasifica como polar porque “guarda relación con el polo” como la literatura barroca es “la relativa al Barroco”. He aquí algunos otros ejemplos:

CALIFICATIVOS 
RELACIONALES
llamada fatal  
llamada telefónica
débil conexión  
conexión inalámbrica
atmósfera tensa       
atmósfera terrestre
sonido estridente      
sonido estereofónico
envejecimiento precoz envejecimiento poblacional
cambio brusco cambio climático

                             
En los textos científicos, jurídicos, administrativos, entre otros, predominan los adjetivos relacionales, que expresan propiedades estables de los objetos y no admiten gradación (célula eucariota, clases antagónicas, movimiento rectilíneo, triángulo isósceles, etc., pero nunca “muy eucariota” o “más antagónicas que…”), mientras en los publicitarios y en los artístico-literarios predominan los adjetivos calificativos.

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