3. Sistematizacion del contenido de enseñanza.

Todo lo aquí analizado nos permite asegurar que para lograr los objetivos sociales que se demandan en la actualidad. el maestro, ante todo, debe manifestar su propia naturaleza esencial: su carácter creador.

Para ello, debe crear un ambiente propicio mediante las relaciones interpersonales que se establezcan, respetando el trabajo individual de los estudiantes cuando los enseña a aprender, abierto al cambio, retomando ideas y conminándolos a buscar soluciones en clases reflexivas que planteen problemas para investigar. Se ha dicho que el mal maestro ofrece la verdad ya elaborada a sus alumnos y que el bueno los ayuda a encontrarla. Lo cierto es que un maestro con bajo nivel de creatividad no puede ayudar mucho a sus estudiantes a que desarrollen altos niveles creativos.

Para lograr el desarrollo de la creatividad en el proceso educativo, el maestro debe conocer a sus alumnos, amarlos, perfeccionar constantemente su trabajo, estar al día en qué es lo nuevo en su ciencia, cuáles son las experiencias de avanzada, debe crear las condiciones necesarias, la base material, propiciar las condiciones psicológico morales necesarias, dar libertad de acción aunque la regule. Lo logra convenientemente cuando no da las verdades como conoci­mientos perfectos y acabados, sino cuando despierta curiosidad en el estudiante y lo conduce a niveles diferentes por su propia actividad, cuando les muestra las contradicciones de la vida y que la solución esta allí mismo; pero que hay que encontrarla.

Ello se logra cuando no se dan enfoque estandartizados en la solución de los problemas, se elaboran métodos y formas que se avengan a las condiciones, es efectiva la utilización de las experiencias en nuevas situaciones, se perfecciona lo conocido en correspondencia con las nuevas tareas, se aprecia más de una variante en la solución de los problemas, se transforman recome­ndaciones, metodologías y tesis teóricas en acciones pedagógicas concretas.

Las investigaciones han demostrado que cuando esto se logra los estudiantes son capaces de actuar de forma independiente, de comprender con más profundidad su papel como estudiante, y después como trabajador en general, además de manisfestar tesón, disposición a arriesgarse, rapidez para detectar los problemas, velocidad para resolverlos sin ser esquemáticos además de tener conciencia plena de las demandas sociales y una disposición co­rrecta para acudir a ellas.

Además, es necesario precisar que en el trabajo para el desarrollo de la creatividad en educación es necesario tomar en consideración lo que los autores llaman bloqueos o dificultades y obstáculos para promover la creatividad que pueden coexistir con la aplicación de estrategias para lograrla y entonces la limitarán al extremo de impedir su adecuado efecto. Se dan como rasgos negativos u obstáculos, en la persona del maestro el autoritarismo, la normatividad excesiva, el conformismo, la rigidez, la inmediatez, la rutina, el excesivo control. También se habla de bloqueos culturales, emocionales y perceptuales entre los que se encuentran: el temor a lo ilógico, la creencia de que no vale la pena buscar, el temor al error, el temor a hacer el ridículo, el aferrarse a la primera idea que se nos ocurra, la rigidez del pensamiento o la dificultad para cambiar de opinión, la angustia por triunfar rápidamente, el temor a los superiores, la falta de disciplina y de constancia para llevar un problema hasta el final, la falta de voluntad para poner en marcha una solución, la dificultad para aislar un problema, la incapa­cidad para definir términos, para distinguir rela­ciones causales. El hipercriticismo, el excesivo uso de la intui­ción de forma absoluta son también bloqueos o impedimentos que no permiten lograr un ambiente propicio para la actividad creadora en el proceso docente.

La creatividad se muestra cuando hay imaginación e información, exige tolerancia, por lo cual a veces se piensa que es incompati­ble con el proceso docente educativo. Pensar en ambos procesos integralmente, cómo se interpenetran, favorece la comprensión del asunto y la posibilidad de su compatibilidad. A ello colabora el enfoque integral contra el unilateral, las reflexiones y preguntas contra las definiciones dogmáticas, los ejercicios en que se busca una solución contra aquellos que se limitan a repetir frases acabadas. El maestro es responsable de lograrlo en el proceso educativo si organiza actividades que conduzcan a ello vinculando la teoría y la práctica.

En lo que respecta a la interdisciplinariedad, se puede plantear que es una de las vías para incrementar la calidad de la educación que se requiere en las actuales condiciones de desarrollo social. No es posible seguir pensando con una concepción disciplinaria en el desarrollo de las asignaturas. La formación integral de nuestros estudiantes (conocimientos, habilidades, valores, actitudes y sentimientos) necesita de la interdisciplinariedad. Cada día más el hombre que vivirá en el siglo XXI, requerirá que lo enseñemos a aprender, a ser críticos, reflexivos, dialécticos, a tener un pensamiento de hombres de ciencias, y ello es posible lograrlo, traspasando las fronteras de las disciplinas. Para ello es imprescindible dominar algunos conceptos fundamentales:

La interdisciplinariedad es un proceso y una filosofía de trabajo, es una forma de pensar y de proceder para conocer la complejidad de la realidad objetiva y resolver cualesquiera de los complejos problemas que esta plantea.

Las relaciones interdisciplinarias son una condición didáctica que permite cumplir el principio de la sistematicidad de la enseñanza y asegurar el reflejo consecuente de las relaciones objetivas vigentes en la naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento, mediante el contenido de las diferentes disciplinas que integran el plan de estudios de la escuela actual.

La integración de las disciplinas en la escuela es una etapa y no un producto acabado de la interdisciplinariedad para cuyo establecimiento se requiere de etapas a saber:

1. Durante la concepción del Diseño Curricular General.

2. Durante la elaboración de los programas de las diferentes disciplinas.

3. Durante la elaboración de los libros de texto, orientaciones metodológicas, cuadernos de ejercicios entre otros.

4. Durante la puesta en práctica del Diseño Educativo Escolar, por todos los factores influyentes en el proceso docente educativo.

También se hace necesario establecer algunos niveles en las relaciones interdisciplinarias

1.- La intradisciplinariedad, ocurre cuando en el ámbito de la propia disciplina existe secuencia, coherencia y correspondencia entre los contenidos que ella aborda, se trabaja generalmente desde que se elaboran los programas de la disciplina que se impartirán en cada grado o año del nivel y se continúa el desarrollo en los departamentos docentes, que agrupan a los docentes de la disciplina dada.

2.- La multidisciplinaridad, se ha convenido en denominar el nivel inferior de las relaciones interdisciplinas, ya que la interacción que se manifiesta entre ellas no las modifica ni las enriquece. Sólo existen intercambios de informaciones. En la enseñanza es un conjunto de disciplinas que se ofrecen simultáneamente, sin explicitarse las posibles relaciones entre ellas, lo que suele ocurrir entre la disciplinas de cualquier plan de estudios que se desarrolle en la escuela y se debe generalmente, a que no existe un eficiente trabajo metodológico que contribuya a buscar la interrelación entre ellas y por supuesto tampoco existe un accionar común de los docentes. Consideramos que en la actualidad es el nivel de relación que más se logra en las reuniones departamentales, de año o de ciclo, de cualquier escuela.

3. - La interdisciplinariedad, es cuando existe cooperación entre varias disciplinas e interacciones que provocan enriquecimientos mutuos. Estas interacciones pueden ir desde la simple comunicación de ideas hasta la integración mutua de leyes, teorías, hechos, conceptos, habilidades, hábitos, normas de conductas, sentimientos, valores a desarrollar, metodologías, formas de organización de las actividades e inclusive de organización de las investigaciones.

En la enseñanza, los niveles de relación que se den entre las disciplinas tienen que contribuir a lograr un pensamiento interdisciplinario en los estudiantes, pues se tiene que convertir en un proceso y una filosofía de trabajo, en una forma de pensar y proceder que considere la complejidad de la realidad objetiva y permita resolver los problemas de esa realidad y a la vez potencialice la transformación de ella.

Exige de un trabajo metodológico serio y riguroso, así como de la autopreparación del maestro o profesor que se encuentra comprometido con el cambio de actitud de sus estudiantes ante el estudio de la realidad objetiva.

4. - La transdisciplinariedad es el nivel superior de las relaciones ya que presupone la construcción de un sistema total que no tuviera fronteras rígidas entre las disciplinas.

Existen algunas formas reconocidas de lograr las relaciones interdisciplinarias: Entre las denominadas formas generales, se destacan las siguientes:

Ø A partir de las matemáticas,

Ø A partir de la teoría general de los sistemas,

Ø Desde la lógica de la complejidad.

Entre las denominadas formas particulares o específicas, se destacan:

Ø Los ejes transversales;

Ø Los programas directores;

Ø El método de proyectos;

Ø Los nodos de articulación interdisciplinarios;

Ø El interobjeto, como otra vía de lograr la interdisciplinariedad

Ø Las líneas directrices.

  Es preciso lograr en el proceso educativo que se desarrolla en las escuelas una formación tal en nuestros estudiantes que adquieran una forma de pensar y de proceder interdisciplinaria a partir de las propias disciplinas.

En lo relativo a los problemas del medio ambiente mundial, el desarrollo sostenible y la necesidad de la educación ambiental se debe precisar que la humanidad tiene que trabajar sostenidamente por resolver los diversos problemas de carácter global, de cuya solución depende, objetivamente, la existencia de la especie humana, entre ellos: los problemas del medio ambiente mundial.

El medio ambiente es considerado como el sistema de factores abióticos, bióticos y socioeconómicos con los que interactúa el hombre en un proceso de adaptación, transformación y utilización del mismo para satisfacer sus necesidades en el proceso histórico – social.

Se observa y es evidente que estamos en presencia de un problema cardinal y complejo, que muchos gobiernos y sociedades han subestimado y que, en general, no se reconoce, con el valor y la relevancia que su atención priorizada requiere, como se materializa en Cuba que tiene una política, legislación, estrategias y programas ambientales que garantizan que la protección del medio ambiente se encuentra incorporada a todos los programas, proyectos y planes para el desarrollo económico, científico, educativo, cultural y social, entre otros.

Los problemas que se agudizarán en el mundo entre los años 2000 al 2015: severas crisis en la falta de agua para el riego, el incremento del efecto invernadero y la fusión paulatina de los hielos de los glaciales, el aumento del deterioro de la capa de ozono y la muerte de la población a causa del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida,( VIH-SIDA) en África y otras regiones, donde el SIDA asociado a la tuberculosis, será la principal causa de muerte en los países subdesarrollados entre los años 2010 y 2015.

En este contexto, se debe precisar que la educación ambiental es un proceso educativo permanente y es parte de la educación integral que se expresa y planifica a través de la introducción de la dimensión ambiental con una orientación sostenible por vías formales y no formales.

La educación ambiental como proceso educativo, no puede por si sola, lograr la protección del medio ambiente. La protección ecológica requiere y necesita de una voluntad y acciones políticas, económicas y sociales; no es posible la protección de los ecosistemas naturales, sociales, históricos y culturales sin eliminar la pobreza y erradicar el hambre, sin garantizar la educación, la cultura y la salud de la población, así como eliminar los conflictos bélicos, el terrorismo de estado y otros problemas globales que ocasionan tragedias de muertes y graves pérdidas que afectan la calidad de vida.

En muchos países y regiones, se concibe la protección ambiental, como un proceso para la conservación solamente de los recursos naturales, y no se ha logrado incorporar la conservación de los componentes históricos, culturales y sociales, pero la atención y protección del hombre – principal integrante del medio ambiente -, y su calidad de vida, no se incluye, en muchas ocasiones, en la protección ambiental, como se hace en Cuba.

Este desarrollo sostenible es un proceso de mejoramiento equitativo de la calidad de vida de las personas mediante el cual se aspira y gestiona el crecimiento económico-social en una relación armónica con la protección del medio ambiente, de modo tal que se satisfagan las necesidades de las actuales y de las futuras generaciones.

Es muy importante reconocer que es esencial eliminar la pobreza, erradicar el terrorismo y evitar las guerras, así como preservar la paz como requerimiento esencial para lograr la protección del medio ambiente que debe formar parte del desarrollo sostenible que debe alcanzar la sociedad mundial.

Es necesario continuar poniendo en práctica una instrucción, una enseñanza, y una educación productiva, desarrolladora, creativa que potencie la formación integral de los alumnos sobre las causas, efectos, posibles soluciones y prevención de los problemas ambientales con una concepción científica del mundo y con un pensamiento creador. La educación ambiental puede renovar el proceso docente educativo en las escuelas, a partir de propiciar en los alumnos la investigación y la participación en todos los problemas y fenómenos del medio ambiente para contribuir a su protección y lograr la vinculación y participación de las familias, de las comunidades y de la sociedad en general.

Hemos avanzado, tenemos muchas fortalezas, resultados introducidos en las escuelas. Se ha logrado promover y desarrollar la educación ambiental con resultados favorables, estimulantes así como con experiencias significativas que debemos sistematizar en nuestra nación. Es preciso reconocer, reflexionar y valorar que estamos frente a retos y compromisos sociales ante nuestro pueblo en lo que respecta a continuar desarrollando la educación ambiental para proteger al medio ambiente, y con esta labor educativa contribuir a preservar las conquistas incuestionables de nuestro proyecto social, de nuestra Revolución, la soberanía, la independencia, la identidad, la patria, la dignidad, junto con la protección y utilización racional y sostenible de nuestro patrimonio natural, histórico y cultural para las presentes y futuras generaciones, en Cuba.

A todo ello colabora la integración del estudio con el trabajo, variante fundamental del principio de vincular la teoría con la práctica, la escuela con la vida y la enseñanza con la producción que, aplicado a través de diferentes alternativas metodológicas, ha demostrado su eficiencia para la formación y desarrollo de un hombre nuevo, ya que se establece una relación adecuada entre el trabajo y la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas, al mismo tiempo que se propicia el desarrollo óptimo de los procesos y funciones del organismo y de las cualidades de la personalidad.

El principio tiene su fundamento en la unidad teoría-práctica, como categorías filosóficas que designan los aspectos cognoscitivo y material de la actividad de los hombres. Tanto en nuestra política educacional como en las investigaciones realizadas, se destaca la necesidad de organizar la metodología para la integración del principio tomando en cuenta las transformaciones de la economía nacional y los requerimientos científicos y docentes.

Como principio marxista leninista y martiano, llevado a la práctica por Fidel Castro y Ernesto Guevara se aplica desde el círculo infantil, hasta la educación superior e integra, como ya se explicó, dos objetivos fundamentales para la educación: uno formativo y otro económico.

El éxito de la aplicación del principio de integración estudio-trabajo depende en gran medida de la labor que se desarrolle en cada institución escolar y más concretamente de cada profesor en las diferentes actividades del proceso pedagógico. Esta concepción permite precisar un nuevo enfoque metodológico de las asignaturas a partir del trabajo de funcionarios y profesores con los programas vigentes, que parta del modelo del nivel, plan de estudio, asignatura, departamento docente y se concrete en el colectivo de grado o ciclo.

La preparación de cada maestro para que sea un orientador de sus estudiantes mediante la instrumentación del principio, debe evidenciar el papel de la escuela como potenciadora de la orientación hacia las profesiones y oficios de mayor necesidad en su contexto. Para ello es esencial la determinación de objetivos laborales por grados y niveles, del componente laboral de las asignaturas escolares integradas al sistema de actividades laborales de cada institución educativa, así como la ejecución de las acciones proyectadas y su evaluación, con vistas la formación de una cultura laboral en cada estudiante.

El proyecto educativo que se conciba en cada escuela debe tener presente dos aspectos esenciales: primero, la preparación del colectivo pedagógico para lograr la interrelación de las diferentes asignaturas con el componente laboral y su tratamiento metodológico, y segundo, el carácter activo del sujeto, que le permita la autovaloración de las tareas orientadas.

Todo este panorama cubano en la educación responde a una concepción de la escuela y de la pedagogía, que tienen por centro la formación, construcción, profundización y desarrollo de principios revolucionarios y valores culturales humanistas, profundos conocimientos científico técnicos y amplias habilidades generadoras, con el objetivo de forjar hombres y mujeres capaces de amar profundamente la libertad y la justicia social, interpretar el mundo y sus circunstancias y emprender exitosamente su sistemática transformación progresiva. Esta concepción, como parte de un gran movimiento cultural masivo de proyección estratégica, esta inserta en una seria y propositiva visión de largo plazo, un proyecto país, donde el desarrollo económico esta en función de crear las condiciones para un existir social digno y próspero para todos los cubanos.

La necesidad de trabajar en la dignificación del trabajo, en su valor social y potencialidad formativa, como imperativo de una sociedad que tiene que crecer desde el subdesarrollo, y que solo cuenta para ello con las reservas de laboriosidad e inteligencia de sus hijos ha sido tema de profundos y críticos análisis. Ello evidenció la vigencia de los principios martianos y marxistas de vinculación del estudio y el trabajo en el proceso educativo, la pertinencia de revisar esquematismos y buscar nuevas vías de su realización a escala del sistema educacional, y de toda la vida ciudadana. Se comprende que solo desde el trabajo honesto y el compromiso social productivo, pueden fortalecerse las relaciones materiales objetivas socialistas y sus principios morales.

La sistematización perspectiva de tal movimiento político cultural masivo se situó en el mundo de la cultura; en tal dimensión, un lugar trascendental lo tenía que ocupar una nueva etapa, más profunda y abarcadora, de la Revolución Educacional. Este movimiento, al trazarse como objetivo el hacer de los cubanos uno de los pueblos más cultos de la contemporaneidad, impuso a la nación la necesidad de producir en los próximos años un salto en todas las esferas sociales, y precisamente los nuevos programas educacionales son decisivos para articular ese salto cultural.

Las ambiciosas metas que se han trazado los cubanos tienen una sólida base. Es que la responsabilidad del Estado y del Gobierno en el despliegue de los cambios progresivos, en su seguimiento y análisis crítico tiene su correlato en una sociedad educadora, y en la amplia y significativa participación del pueblo y sus organizaciones sociales en el debate educacional, y en el ejercicio real del poder popular y el sistema de la democracia socialista. El pueblo de Cuba escapó para siempre del saqueo, la humillación y el oprobio y en ello radica la excepcionalidad que confirma.

Para avanzar en educación – y en política social- se precisa partir de un proyecto que priorice las reales necesidades de emancipación económica, política y social de nuestros pueblos. Para ello si resulta imprescindible oponerse al actual proyecto de dominación neoliberal .

Esta visión dialéctica sobre la importancia y la posibilidad liberadora de la educación ha sido una constante en la Revolución Cubana. A principios de la década del ochenta cuando recién se entonaban los primeros cantos al neoliberalismo, Fidel Castro ante dirigentes y líderes políticos y estatales del llamado Tercer Mundo se pronunció por “luchar con firmeza, y con la indispensable ayuda internacional, por desarrollar programas contra el analfabetismo, por la escolarización de todos los niños, por la elevación de los niveles de enseñanza, por al formación masiva de técnicos y personal calificado, por el acceso de nuestros pueblos a la enseñanza universitaria y por el desarrollo de las ricas y centenarias potencialidades de las culturas de nuestros pueblos, combatiendo toda forma de dependencia o colonialismo cultural o deformación de nuestra cultura” (Castro Ruz, F., 1983, p. 228)

Hoy la genialidad del líder de la Revolución Cubana, asegura poder salvar al hombre en medio de la feroz globalización capitalista frente a sus poderosos sistemas de guerra ideológica. Se trata de un pronóstico optimista de futuro posible en momentos en que la creación de un gran movimiento educacional y cultural masivo sea capaz de vencer con nuevas formas de humanismo, dignidad y justicia social y con condiciones económicas adecuadas.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

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[1] El material se elaboró sobre la base de documentos escritos por los siguientes autores: Dr. Felipe Párez Cruz, Dra Victoria Arencibia Sosa , MSc Sonia Guerra Iglesias, Ramón Lòpez Machin , Dra Lissette Mendoza Portales Dra Marta Martínez Llantada, Dr. Jorge Fiallo Rodríguez, Dra Fátima Addine Fernández, Dr. Gilberto García Batista, Dr. Orestes Valdés Valdés.

[2] Se puede partir de la consideración de las corrientes básicas fundamentales de la Pedagogía del pasado Siglo XX, a saber: la naturalista, la social y la personalista. La corriente pedagógica naturalista considera sólo a la naturaleza como “madre del hombre” y le confiere a lo biológico un peso mayor que el que en realidad tiene en la formación del hombre. Las tendencias que se sustentan en esta corriente son: la positivista (y el neopositivismo), la llamada “escuela nueva o activa” y la pragmática. La corriente pedagógica social considera, por otro lado, que la madre del hombre es la sociedad y la cultura, y niega o minimiza lo natural en su formación. En este caso, se podría hablar de la tendencia social socialista y la tendencia social burguesa, representadas por la pedagogía marxista,en su versión soviética; y por la deweyana, el pragmatismo social o funcionalismo

Última modificación: jueves, 17 de junio de 2010, 11:33